El desayuno debería ser un “cariñito” al cuerpo para arrancar el día, pero muchas veces cometemos errores que, en lugar de darnos energía, nos dejan agotados.
¿Los más comunes? Saltártelo creyendo que «no pasa nada», abusar del café en ayunas o desayunar solo una fruta «por estar a dieta».
Error. No desayunar puede alterar tus niveles de glucosa y aumentar la ansiedad.
Demasiado café puede irritar el estómago y causar picos de energía seguidos de bajones.
Y si solo comes fruta, te faltan proteínas y grasas buenas, lo que genera hambre temprana.
Un desayuno balanceado debe incluir proteína (como huevo o yogurt), carbohidratos complejos (avena, pan integral) y algo de grasa saludable (aguacate o nueces).
No se trata de comer más, sino de comer mejor.
Recomendaciones
Si tienes prisa, prepara tu desayuno la noche anterior.
Combina siempre al menos 3 grupos de alimentos.
Evita tomar café solo en ayunas; acompáñalo con algo sólido.
Si no tienes hambre en la mañana, intenta un licuado con avena y plátano.
Sustituye los jugos por frutas enteras para conservar la fibra.
No te autoengañes con “light” que no nutre. Mejor enfócate en equilibrio.