Sueña con música: inclusión y emoción en lengua de señas
El proyecto Sueña con Música, respaldado por la Universidad Politécnica de Santa Rosa de Jáuregui va destinado a personas con discapacidad auditiva
En entrevista para AD Comunicaciones, el proyecto inclusivo para personas con discapacidad auditiva, y ligado a la Universidad Politécnica de Santa Rosa de Jauregui, nos da detalles de su función al poner los ojos y oídos en una comunidad que cada vez gana mayor presencia en las sociedades
En un mundo donde la música se percibe tradicionalmente a través de los oídos, el proyecto Sueña con Música rompe paradigmas al incluir a las personas con discapacidad auditiva en espacios culturales que, en apariencia, no estaban destinados para ellas.
Cofundado por Alejandro González, Michelle Díaz, Lurey Martínez y Rosa Eitacio, este movimiento transforma la manera en que se entiende la relación entre los sordos y la música.
Los integrantes del proyecto, constituido por Owen, Rosy, Lurey, Mich, Gaby y Gina, arribaron a las instalaciones de Grupo AD Comunicaciones para explicar a detalle las funciones y el objetivo del proyecto, poniendo su granito de arena para el bien de la sociedad.
Sueña con Música está ligado a la Universidad Politécnica de Santa Rosa de Jauregui, institución educativa quien se distingue por una visión inclusiva.
A primera vista, la idea de que una persona sorda «escuche» música puede parecer contradictoria. Sin embargo, Sueña con Música demuestra que la música no solo se escucha, también se siente y se vive.
Desde la vibración de los sonidos hasta la expresión emocional, este proyecto reivindica la capacidad de las personas sordas para conectarse profundamente con la música y con los mensajes que esta transmite.
Un Equipo Comprometido y Multidisciplinario
El proyecto está respaldado por un equipo de intérpretes de señas y profesionales de la Universidad Politécnica de Santa Rosa de Jáuregui.
Entre sus integrantes se encuentran personas con discapacidad auditiva con formación artística e interpretativa, así como especialistas en Lingüística de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), Psicología y Educación Especial. Con experiencia en docencia y congresos sobre lingüística, humanidades y comunicación, este grupo multidisciplinario garantiza una experiencia inclusiva y profesional en cada evento.
La Música Más Allá del Sonido
Para las personas sordas, la música se convierte en una experiencia sensorial y emocional. Las vibraciones del ritmo pueden sentirse a través del tacto o mediante herramientas como chalecos sensoriales y globos, que amplifican las ondas sonoras. En eventos de mayor magnitud, las propias estructuras del lugar transmiten estas vibraciones, convirtiendo el espacio en un entorno accesible.
Además, los intérpretes de Sueña con Música realizan un trabajo minucioso al traducir las canciones a LSM, incorporando gestos, expresiones corporales y bailes que permiten a la comunidad sorda disfrutar de la experiencia musical en toda su riqueza.
La Inclusión en el Escenario Mexicano
Desde el 2005, la LSM es reconocida como un idioma oficial en México, lo que ha abierto las puertas para que personas sordas participen activamente en eventos culturales como conciertos, obras de teatro y conferencias.
El proyecto Sueña con Música ha sido parte de importantes espectáculos, trabajando con artistas como:
Mago de Oz.
Elefante.
Inspector.
Chucho Rivas.
Javier Bosque.
También ha colaborado en debates, presentaciones de libros y ceremonias públicas, destacando su versatilidad y compromiso.
Transformando la Percepción de la Comunidad Sorda
El impacto de Sueña con Música va más allá de la inclusión cultural. El proyecto busca cambiar la visión social sobre la discapacidad auditiva, rompiendo prejuicios y mostrando las habilidades y cualidades de esta comunidad. Al conectar a través de la música, fomenta la empatía y el entendimiento, contribuyendo a construir un mundo más inclusivo y diverso.
Porque, al final, la música no solo se escucha con los oídos, también se siente con el corazón. Y, gracias a Sueña con Música, más corazones pueden latir al ritmo de la inclusión.