Sara Baras conquista Querétaro con Vuela: flamenco en movimiento
Sara Baras entró al escenario para presentar Vuela / Foto: Armando Vázquez
Sara Baras deslumbró en Querétaro con Vuela, homenaje a Paco de Lucía, donde 15 piezas coreográficas emocionaron al público en el Teatro Metropolitano, que vibró y ovacionó de pie
Con el Teatro Metropolitano completamente lleno y la atmósfera cargada de emoción, Sara Baras entró al escenario para presentar Vuela, un fervoroso homenaje al maestro Paco de Lucía. El público, con el corazón latiendo al compás del toque flamenco, se entregó desde los primeros acordes.
Las emociones danzaron desde el primer compás. En la Sala Principal del Teatro Metropolitano de Querétaro, la vida se detuvo para entregarse al arte de Sara Baras, máxima exponente del flamenco escénico, quien presentó Vuela, su homenaje íntimo y virtuoso a Paco de Lucía, dentro del marco de la décima edición del Festival Ibérica Contemporánea.
Sara Baras: un viaje coreográfico al alma
La obra, dividida en cuatro actos —Madera, Mar, Muerte y Volar—, fue mucho más que una sucesión de cuadros flamencos: fue un viaje coreográfico al alma de una amistad eterna. A través de 15 piezas únicas, Baras transformó el recuerdo en movimiento, el duelo en belleza y la memoria en luz. Cada palabra del espectáculo se tejió con la fuerza de su zapateado, la gracia de su bata de cola y la poesía de sus gestos.
Desde el primer acto, Baras atrajo todas las miradas. Su porte, técnica extraordinaria y la precisión de sus gestos construyeron una narrativa elegante y poderosa. Hubo momentos de quietud absoluta, donde la tensión colectiva cortaba el aliento, y explosiones de energía desbordante, en las que el teatro se sacudió con palmas y vítores.
Foto: Armando Vázquez
El escenario fue un lienzo enriquecido por abanicos, bastones, mantones y juegos de luces que evocaban las cuerdas de una guitarra. Una silla vacía en escena representó la ausencia del maestro, mientras el violín, el cante y las guitarras envolvieron al público en un trance emocional. El elenco, conformado por Chula García, Cristina Aldón, Carmen Bejarano y Miriam Pérez, complementó la visión artística de Baras con una entrega vibrante y sincronía perfecta.
Derrochan pasión y talento
En escena, también brillaron los músicos: Matías López El Mati y Mary Fernández en el cante; Keko Baldomero —también director musical— en la guitarra; Rafael Moreno en la percusión y Alexis Lefévre en el violín. Juntos, dieron cuerpo sonoro a una experiencia total, de esas que permanecen en la memoria por siempre.
Guitarras que susurraban, que narraban anhelos; voces que estremecían; y cajas y palmas que definían el pulso emocional. Fue un conjunto impresionante.
En un momento especial, Sara se detuvo, respiró hondo y miró al público. Con voz cálida y genuina dijo: “Gracias Querétaro”, esbozando una sonrisa que iluminó el recinto. Fue un detalle breve, pero simbólico: una conexión real entre artista y audiencia.
La velada duró más de una hora, pero nadie se movió hasta que la ovación final obligó a todos a levantarse. El estruendo de aplausos y vítores confirmó que Vuela había cumplido con su propósito: hacer volar el alma de cada espectador, evocando el genio de Paco de Lucía en cada compás.
La licenciada Adriana Covarrubias Herrera, directora del festival, le entregó un premio homenaje por su trayectoria artística y humana, en uno de los momentos más emotivos de la gala.
Sara Baras no solo baila, escribe con el cuerpo. Y anoche, en Querétaro, firmó una carta de amor a Paco de Lucía que todos leímos con el alma.