Adiós a los vestidos recargados y brillosos; hoy, el quiet luxury impone su elegancia discreta en los altares. Este estilo —símbolo de buen gusto sin gritarlo— está conquistando a las novias modernas que buscan verse sofisticadas sin exceso.
Vestidos minimalistas, cortes limpios, telas de alta calidad y detalles sutiles son la clave. Lo importante no es cuántas perlas o bordados lleves, sino cómo caen las telas,cómo se ajusta el vestido a tu cuerpo y qué tan atemporal luce tu look.
Diseñadores como Danielle Frankel o The Row han apostado por esta tendencia, que privilegia la esencia sobre lo llamativo. ¿El resultado? Novias que irradian clase, no ostentación.
Un peinado pulido y sin exageraciones complementa el estilo elegante y sutil. Foto: Especial
Este estilo también implica un maquillaje natural, peinados pulcros y accesorios simples pero con historia o carga emocional. Lo esencial: calidad, sencillez y elegancia silenciosa.