¿Y si te dijera que tu boda soñada no necesita 300 invitados ni una carpa gigante para ser inolvidable? Las bodas minimalistas están conquistando corazones por su enfoque íntimo, elegante y funcional.
Esta tendencia se basa en reducir la lista de invitados a lo esencial: familia cercana, amigos verdaderos y nada de compromisos por compromiso.
Se eliminan los excesos: decoración sobria, locaciones naturales, menús sencillos pero gourmet, y detalles que hablen de ustedes como pareja.
El resultado: menos estrés, más conexión y recuerdos auténticos. Además, se optimiza el presupuesto y se invierte en experiencias personalizadas.
Perfecta para quienes quieren decir “sí” sin endeudarse ni perderse en protocolos. Minimalismo no significa frialdad, significa enfocarse en lo que realmente importa: el amor.
En una boda minimalista lo recomendado es mantener la lista de entre 20 y 50 invitados, aunque hay quienes optan por algo aún más íntimo: de 10 a 20 personas.
La clave no está en un número exacto, sino en invitar solo a las personas realmente importantes para la pareja: familia cercana y amistades profundas.
El objetivo es crear un ambiente íntimo, relajado y significativo, donde cada invitado sienta que su presencia tiene un valor real, no solo protocolario.