Aunque parezca lo correcto, cepillarte los dientes justo después de comer puede ser perjudicial para tu salud dental. Esto ocurre porque muchos alimentos y bebidas, como frutas cítricas, vinagre, café o refrescos, contienen ácidos que ablandan temporalmente el esmalte dental.
Si te cepillas inmediatamente, corres el riesgo de erosionar esa capa protectora y dejar expuesta la dentina, lo que puede causar sensibilidad, desgaste e incluso caries a largo plazo.
Lo ideal es esperar entre 30 y 60 minutos antes de cepillarte. Durante ese periodo, la saliva ayuda a neutralizar el pH de la boca y a remineralizar el esmalte, devolviéndole su fortaleza natural. Para ayudar a este proceso sin dañar tus dientes, puedes enjuagarte con agua o masticar chicle sin azúcar, lo cual estimula la producción de saliva de forma natural.
Un buen hábito adicional es cepillarte los dientes antes del desayuno, lo que elimina las bacterias acumuladas durante la noche y protege tu boca antes de exponerla a los ácidos de los alimentos. Además, se recomienda usar cepillos de cerdas suaves y pastas dentales con flúor para cuidar mejor tu esmalte.
Incorporar estos cuidados en tu rutina diaria no solo es beneficioso para tu salud bucal, también mejora tu bienestar general.