¿Perros o gatos? La ciencia nos ayuda a descifrar cuál mascota es más inteligente

Quienes tienen mascotas comparten un vínculo especial con sus compañeros animales, quienes se convierten en miembros queridos de la familia. En México, el 45% de las familias tienen perros y el 20% tienen gatos, reflejando una preferencia nacional hacia los caninos.

El debate sobre la preferencia entre perros y gatos es común y generalmente depende de gustos personales. Quienes poseen perros valoran su lealtad, nobleza y obediencia, mientras que los dueños de gatos aprecian su independencia y misterio.

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Sin embargo, cuando se trata de inteligencia, surge la pregunta: ¿Cuál mascota es más inteligente, el perro o el gato? La ciencia ha tratado de dar respuesta a esta cuestión a través de investigaciones que evalúan la capacidad de ambas especies para aprender trucos, comprender rutinas, manipular situaciones y resolver problemas.

Un enfrentamiento de inteligencia

El investigador Attila Salamon y su equipo, de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, realizaron pruebas para evaluar la capacidad de perros y gatos para reconocer gestos humanos de señalamiento tanto en entornos de laboratorio como en los hogares de los animales.

Los resultados, publicados en Scientific Reports, indicaron que los perros como mascotas mostraron una mayor tolerancia a las pruebas y un mayor éxito en las tareas asignadas. Los gatos, en cambio, respondieron mejor en la comodidad de su hogar que en el laboratorio.

Estos resultados podrían estar relacionados con la domesticación y los antecedentes ecológicos de cada especie. Los perros han sido domesticados durante más de 30,000 años, mientras que los gatos fueron domesticados hace menos de 10,000 años. Además, los perros evolucionaron de los lobos, animales de manada con una comunicación social activa, mientras que los gatos provienen de una especie solitaria.

Una respuesta compleja

Aunque los perros demostraron mayor habilidad para ciertas tareas, afirmar que son más inteligentes que los gatos sería simplista. El comportamiento más reservado de los gatos hace que sean más difíciles de estudiar en entornos controlados, lo que podría limitar nuestra comprensión de su inteligencia.

Investigaciones recientes sugieren que los gatos pueden competir con los perros en pruebas de inteligencia social, pero su comportamiento independiente plantea desafíos para los científicos. Aunque los perros son más hábiles para resolver ciertos tipos de problemas, no necesariamente significa que sean más inteligentes.

La inteligencia es un fenómeno complejo y multifacético, y medirla con precisión es difícil. Por lo tanto, aunque se necesita más investigación para responder a la pregunta de cuál especie es más inteligente, es probable que nunca se alcance una respuesta definitiva.

Tanto perros como gatos son criaturas inteligentes y únicas en su forma de relacionarse con los humanos. En lugar de enfocarnos en cuál es más inteligente, es importante valorar y apreciar las características que hacen especial a cada especie.