Por cada disparo del equipo mexicano, el cuadro australiano realizaba dos. Sin embargo, la energía de los visitantes se desbordaba, por lo que le jugaba en contra. Una buena parte del primer tiempo, Australia jugo inclusive sin dos jugadores, suspendidos por duras faltas. México se contagió de las fuertes entradas y fue víctima de un penalti, quienes los australianos no aprovecharon.