Entre lágrimas, abrazos y mucho orgullo, alumnos de preparatoria cerraron un ciclo fundamental en sus vidas con una fiesta que recordarán el resto de sus vidas
Con una emotiva ceremonia, el Instituto Asunción Querétaro celebró la graduación de la generación 2022–2025 de preparatoria, integrada por 71 jóvenes que cierran un capítulo entrañable en sus vidas.
Acompañados por sus familias, maestros y comunidad educativa, los graduados vivieron un día que quedará grabado en su memoria para siempre.
La ceremonia inició con una Eucaristía, espacio sagrado en el que los estudiantes pudieron hacer un alto en el camino para agradecer, reflexionar y reconocer el don que ha sido formar parte del colegio Asunción. Más allá de la entrega de diplomas, se trató de una celebración del crecimiento humano, espiritual y académico de cada uno de los jóvenes.
Uno de los momentos más conmovedores ocurrió cuando el sacerdote pidió a algunos padres de familia que pasaran al frente para abrazar a sus hijos.
Ese gesto sencillo, lleno de amor y gratitud, arrancó lágrimas y sonrisas entre los presentes, recordando que ningún logro escolar sería posible sin el apoyo de quienes más nos aman.
Eucaristía previa a la graduación. / Foto: Armando Vázquez
Padres de familia presentes en uno de los momentos más importantes de sus hijos. / Foto: Armando Vázquez
Alumnos recibieron la comunión en la Eucaristía. / Foto: Armando Vázquez
El Instituto Asunción de Querétaro es muy apegado a los valores religiosos. / Foto: Armando Vázquez
Entrega de Diplomas
Más tarde, la ceremonia se trasladó al auditorio. Tras entonar el Himno Nacional, la alumna Mariana dirigió unas palabras en representación de su generación, haciendo eco del profundo agradecimiento hacia sus maestros y familias.
En un gesto simbólico y lleno de ternura, alumnos de primaria entregaron una rosa a cada graduado como muestra de florecimiento y continuidad en el camino educativo.
Cada alumno fue llamado por su nombre para recibir un reconocimiento no solo por su perseverancia académica, sino por sus virtudes personales, talentos únicos y crecimiento integral. Los presentadores dedicaron palabras de aliento a cada uno, celebrando tanto su esfuerzo como su esencia.
Los alumnos recibieron su diploma en la graduación. / Foto: Armando Vázquez
La alumna Mariana dedicó unas palabras en la graduación. / Foto: Armando Vázquez
Los alumnos tuvieron varios momentos especiales durante la Eucaristía. / Foto: Armando Vázquez
Una escuela que forma para la vida
Con 59 años de historia en el estado, el Instituto Asunción Querétaro se ha consolidado como una de las instituciones educativas más reconocidas del estado. Su propuesta pedagógica no se limita a la excelencia académica: forma personas libres, responsables, comprometidas con la justicia y con profundo sentido espiritual.
Fiel a su carisma, el colegio mantiene vivo el legado de Santa María Eugenia, su fundadora, quien creyó que la educación es una fuerza transformadora de la sociedad. Por ello, el perfil del alumno Asunción es el de una persona con múltiples inteligencias, visión global, sentido crítico, compromiso social y capacidad de vivir su fe de manera activa y coherente.
Gracias a su red internacional, los alumnos del instituto tienen acceso a experiencias como intercambios culturales, dobles certificaciones y veranos en el extranjero, lo que les permite expandir sus horizontes y conectar con realidades diversas.
Pero más allá de sus logros externos, el colegio Asunción cree en la transformación interior: en formar personas que no solo piensen, sino que amen; que no solo busquen el éxito, sino que construyan paz; que no solo aprendan, sino que vivan con propósito.
El cuadro de Santa María Eugenia presente en la Eucaristía. / Foto: Armando Vázquez
Majo, Valentina, Jade y Regina. / Foto: Armando Vázquez
Una generación marcada por la resiliencia
Esta generación de egresados tuvo que atravesar una de las pruebas más complejas de los últimos tiempos: vivir parte de su formación en plena pandemia de COVID-19.
Desde casa, con pantallas y distancias físicas, aprendieron a adaptarse, a cuidar de otros y a valorar lo verdaderamente esencial. Por eso, esta graduación fue también un homenaje a su fortaleza, a su capacidad de seguir adelante y de crecer en medio de la adversidad.
Ese día en el Instituto Asunción, no solo se entregaron diplomas: se celebró la siembra de muchos años de amor, fe y esfuerzo. Se abrazaron sueños, se reconocieron historias y se encendió la esperanza de que estos jóvenes, que hoy emprenden el vuelo, lo hagan sabiendo que llevan dentro una luz que puede transformar el mundo.
Miranda y Natalia. / Foto: Armando Vázquez
Mariana. / Foto: Armando Vázquez
Lulú Paz, Juan Pablo y Oliver Andrade. / Foto: Armando Vázquez
Luis Vargas, Mariana, Paulina y Maca. / Foto: Armando Vázquez