En una noche inolvidable, Feid conquistó la Ciudad de México con la Coffee Party más grande del mundo, evento que no solo superó expectativas, sino que fue certificado como récord oficial por Guinness. El espectáculo, realizado el 3 de octubre en la Plaza de Toros México, reunió a más de 50 mil personas, convirtiéndose en uno de los momentos más emblemáticos de su carrera.
Desde antes del concierto, la demanda fue abrumadora: más de 600 mil fans intentaron conseguir un pase gratuito para asistir. Las plataformas colapsaron, y en respuesta, los organizadores decidieron abrir las puertas para todos los que se encontraban en el recinto, logrando un lleno total en la monumental sede.
Durante más de dos horas, el artista desplegó un setlist íntimo y cuidadosamente curado, interpretando más de 30 canciones, algunas poco comunes en sus giras anteriores. Sin grandes producciones ni escenografía ostentosa, Feid apostó por la conexión directa con el público, permitiendo que la emoción se viviera desde cada rincón del recinto.
El punto culminante llegó cuando representantes de Récord Guinness subieron al escenario para entregar el reconocimiento oficial por la magnitud del evento. La multitud estalló en aplausos, celebrando el logro colectivo entre el artista y sus seguidores.
Feid vuelva a conquistar la CDMX
“Esto es un regalo para toda la gente que ha estado conmigo desde el principio. Qué chimba estar aquí en la Ciudad de México”, expresó Feid visiblemente conmovido durante la ceremonia. El momento ratificó su compromiso con la audiencia mexicana y su capacidad de llevar experiencias memorables más allá de lo convencional.
Este concierto también sirvió para cerrar una deuda: en junio, Feid tuvo que posponer un show gratuito en el Parque Cuitláhuac debido a problemas logísticos. Esta vez, cumplió con creces, demostrando que la promesa se transformó en espectáculo monumental.
Con canciones como Vacaxiones, XQ te pones así y Chorrito pa las ánimas, el público coreó al unísono y vibró como comunidad, confirmando que, para muchos, esta noche no solo fue un concierto, sino una experiencia de cercanía, complicidad y verdadera celebración cultural.
Con este hito, el colombiano reafirma su posición en la escena urbana latinoamericana y demuestra que en México no solo se consume música: se crea vínculo auténtico entre artista y público.