Logo Al Dialogo
Salud

Estrés y digestión: la conexión que tu cuerpo no puede ignorar

Estrés y digestión: la conexión que tu cuerpo no puede ignorar

● Expertos recomiendan acompañamiento emocional si los síntomas persisten

El estrés puede afectar seriamente tu digestión, descubre qué dice la ciencia sobre esta conexión, cómo identificar los síntomas y qué estrategias puedes aplicar para recuperar tu equilibrio

Michelle Gálvez
|
6 de abril 2025

El cuerpo humano es una red compleja donde todo está conectado, incluso en formas que aún se están descubriendo, una de esas conexiones que son más sorprendentes y cada vez más estudiadas por la ciencia es la que existe entre el estrés y la digestión.

Diversos especialistas en salud digestiva y mental han confirmado que el estrés además de afectar nuestro estado emocional, también tiene estragos en cómo digerimos los alimentos, absorbemos nutrientes y respondemos a ciertos malestares físicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el estrés crónico es uno de los factores de riesgo más importantes para trastornos gastrointestinales.

Aquí te contamos cómo impacta el estrés en tu digestión, qué señales no debes ignorar y qué puedes hacer para recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente.

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando estás estresado?

Cuando el cuerpo percibe una amenaza (física o emocional), se activa el modo alerta.

¿Por qué? Porque el cuerpo prioriza “salvarse” antes que digerir. Así, se reduce la producción de saliva, se ralentiza el tránsito intestinal y se alteran procesos clave como la secreción de enzimas digestivas. El resultado: malestar, gases, inflamación, reflujo o incluso diarrea.

Síntomas digestivos relacionados con el estrés:

● Acidez o reflujo
● Sensación de nudo en el estómago
● Diarrea o estreñimiento
● Gases e hinchazón abdominal
● Pérdida de apetito o, al contrario, hambre emocional
● Náuseas o sensación de pesadez

¿Y si el estrés afecta a largo plazo?

La exposición constante al estrés puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que los expertos llaman disbiosis. Esto no solo afecta la digestión, también el estado de ánimo y el sistema inmune. Además, puede empeorar condiciones como el síndrome de intestino irritable (SII), gastritis y colitis.

¿Cómo controlar el estrés para mejorar tu digestión?

● Respira profundo: practicar respiración consciente o meditación puede ayudar a reducir la ansiedad.
● Muévete: el ejercicio regula el estrés y mejora el tránsito intestinal.
● Duerme bien: un descanso reparador equilibra el sistema nervioso.
● Come con calma: mastica bien, sin prisas ni distracciones. Comer viendo el celular también estresa.
● Incluye alimentos que ayudan al intestino: fibra, probióticos y vegetales.
● Busca apoyo: si el estrés se vuelve constante, un especialista en salud mental puede ayudarte a encontrar herramientas efectivas.

El cuerpo habla, escúchalo

Tu estómago no solo digiere lo que comes, también procesa lo que vives. Así que si últimamente sientes que «algo no te cae bien», tal vez no sea la comida sino el ritmo con el que estás viviendo. Escucha a tu cuerpo, disminuye el estrés y cuida esa conexión poderosa entre lo que sientes y lo que digieres.

 COMPARTA ESTE ARTÍCULO
© 2024 AD Comunicaciones / Todos los derechos reservados