Tu perro puede parecer feliz, juguetón y con mucha energía… pero eso no siempre significa que esté completamente sano. Uno de los cuidados más básicos (y que muchas veces se pasa por alto) es la desparasitación regular, tanto interna como externa.
Y no, no es solo para cuando ves algo raro en sus heces o se rasca más de lo normal: es una rutina de salud preventiva fundamental.
Porque aunque no los veas, los parásitos existen. Pulgas, garrapatas y lombrices intestinales pueden afectar a tu mascota sin mostrar señales evidentes al principio. Estos organismos no solo deterioran su salud, también pueden contagiar enfermedades a otros animales o incluso a los humanos (sí, a ti también).
Algunos síntomas que podrían indicar la presencia de parásitos en tu perro son:
pérdida de apetito
vómitos
diarrea
inflamación abdominal
picazón constante
cambios en su comportamiento
¿Cada cuánto debes desparasitar a tu perro?
Los veterinarios recomiendan desparasitar a los perros cada tres o seis meses, dependiendo de su edad, estilo de vida (si sale mucho a la calle o convive con otros animales), y del clima de la zona. Si tienes cachorros, es aún más importante seguir un calendario estricto, ya que son más vulnerables.
Y no solo hablamos de pastillas para lombrices: también es importante aplicar productos contra pulgas y garrapatas, especialmente en temporadas de calor.
¿Qué pasa si no lo haces?
Además de incomodidad para tu perro, puedes estar dejando la puerta abierta a infecciones más graves o incluso a enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que pueden transmitirse a humanos. Una desparasitación oportuna previene gastos veterinarios mayores y evita riesgos innecesarios para todos en casa.
Desparasitar no es solo un tema de higiene, es parte del cuidado consciente que merecen los animales que nos acompañan todos los días. Es una forma de agradecerles su lealtad y asegurarles una vida más larga y feliz. Además, cuando los cuidas, también te estás cuidando tú.