Las escuelas católicas tienen su origen en la tradición de las órdenes religiosas, como los jesuitas, los franciscanos y los dominicos, quienes fundaron instituciones educativas para enseñar los principios de la fe católica junto con materias académicas. Estas escuelas eran accesibles principalmente para aquellos que seguían la fe católica, pero también acogían a estudiantes de diversas religiones.