El cuidado de la piel evoluciona constantemente, pero hay un paso fundamental que nunca pasa de moda: lavar el rostro, aunque parezca una tarea sencilla, hacerlo con la frecuencia y el método adecuados puede marcar la diferencia en la salud de tu piel, ante ello dermatólogos nos han compartido sus recomendaciones para lavarte la cara de manera efectiva según tu tipo de piel.
¿Cuántas veces al día debes lavarte la cara?
De acuerdo con los especialistas en la materia, la mejor práctica es lavar el rostro dos veces al día: por la mañana y por la noche. Aunque en redes sociales se sugiere que el lavado debe durar un minuto, lo cierto es que los mismos especialistas mencionan que no hay un tiempo exacto universal, ya que cada piel tiene necesidades diferentes.
Guía de lavado según tu tipo de piel
Piel grasa o propensa al acné
Es clave lavarla dos veces al día.
En casos de sudoración intensa o práctica deportiva, se recomienda un tercer lavado.
Piel seca o sensible
Un lavado suave con agua por la mañana es suficiente.
Usa un limpiador facial sólo por la noche para evitar resequedad.
Piel mixta
Dos lavados diarios suelen ser adecuados.
Si hay sequedad o irritación, se puede complementar con un buen humectante.
Lavar el rostro es más que un hábito de higiene, ya que ayuda a eliminar impurezas, residuos de contaminación y exceso de grasa, además, es fundamental para mantener la piel fresca y prevenir problemas dermatológicos.
Para quienes usan maquillaje, la dermatóloga sugiere un proceso de doble limpieza:
Aplicar un limpiador en aceite o un bálsamo desmaquillante para remover residuos de cosméticos.
Utilizar un limpiador suave para limpiar a profundidad la piel.
Otra alternativa es el agua micelar, ideal para eliminar el maquillaje y complementar con un limpiador ligero. Sin embargo, la doble limpieza no es recomendable para quienes no usan maquillaje, ya que puede provocar resequedad.
El aseo facial es un paso esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel, sin embargo, cada piel es única, por lo que es recomendable acudir con un dermatólogo para obtener un diagnóstico personalizado y elegir los productos más adecuados para ti.