La ansiedad en los niños puede manifestarse de muchas formas: cambios en el sueño, irritabilidad, miedos repentinos o incluso problemas escolares. Como adultos, es fundamental acompañarlos con empatía y estrategias que les den seguridad emocional.
Aquí te compartimos cinco pautas esenciales para ayudar a tus hijos a gestionar la ansiedad:
1. Fomenta una actitud activa
Impulsa a tus hijos a enfrentar sus preocupaciones con una actitud positiva. Anímalos a buscar soluciones, tomar decisiones simples y expresar lo que sienten. Esto refuerza su confianza y capacidad para afrontar retos.
2. Interésate por la evolución de sus problemas
No basta con preguntar “¿cómo estás?”. Interésate genuinamente por lo que les preocupa: cómo va ese problema con un amigo, qué les molesta en la escuela o cómo se sienten en casa. Mostrar interés constante les da la seguridad de que no están solos.
3. Ayúdalos a comprender sus emociones
Enséñales que sus emociones son válidas, que está bien sentir miedo, tristeza o enojo. Acompáñalos a identificar lo que sienten y por qué, para que aprendan a gestionarlo con inteligencia emocional.
Crea un espacio de diálogo donde puedan expresar sus inquietudes sin temor a ser juzgados. Escuchar con atención y sin interrupciones es clave para fortalecer el vínculo y reducir la ansiedad.
5. Evita la sobreprotección
Aunque tu intención sea cuidarlos, sobreprotegerlos puede hacer que sientan que el mundo es un lugar peligroso y que no pueden enfrentarlo solos. Déjalos experimentar, equivocarse y aprender; así desarrollan herramientas emocionales para la vida.
Acompañar a nuestros hijos en sus emociones es una de las tareas más valiosas como madres, padres o cuidadores. Reducir la ansiedad infantil no significa evitar que enfrenten dificultades, sino enseñarles a reconocer lo que sienten y darles herramientas para manejarlo. Con atención, diálogo y confianza, podemos ayudarles a construir una salud emocional sólida que los acompañe durante toda su vida.