Esto permitió robustecer una base de datos de más de 50,000 personas para monitorear, con un sistema que tardaba menos de 1 segundo en identificar a una persona de interés y mandar una notificación a un policía. Con ello, se identificaron a personas que tenían prohibido entrar a estadios por conductas agresivas en el pasado, criminales que se encontraban en listas federales de búsqueda, a un extremista político y 8 ladrones.
Pero el uso de biométricos en estadios de Reino Unido, Alemania, Austria, Suiza y España se remonta a una década atrás, donde empezaron a utilizarse en eventos como la Eurocopa.