El ronqueo, denominado así por el sonido que producen los cuchillos al deslizarse por los huesos del atún, es mucho más que un simple despiece. Este arte, con raíces en Japón y España, maximiza el aprovechamiento del atún aleta azul, una de las especies más preciadas en la alta cocina. En Soko, los comensales presenciaron cómo se trabajaron partes exquisitas como el otoro, el chutoro y el akami (lomo superior), las joyas de este pescado.