La agua de jamaica es una bebida tradicional elaborada con los cálices secos de la flor Hibiscus sabdariffa. Además de su sabor agradable y color intenso, esta infusión ofrece múltiples beneficios para la salud. Destaca por su riqueza en vitaminas A, C, B1 y B2, así como en minerales como hierro, calcio y magnesio. También contiene ácidos orgánicos y flavonoides antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres.
Uno de sus efectos más reconocidos es su capacidad para reducir la presión arterial, gracias a compuestos que inhiben la enzima convertidora de angiotensina. Esto la convierte en una aliada para personas con hipertensión leve. Además, contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, mejorando la salud cardiovascular en general.
El agua de jamaica también es un diurético natural, lo que favorece la eliminación de líquidos retenidos y la depuración del hígado y los riñones. Su consumo regular ayuda a aliviar problemas digestivos como inflamación, gases y estreñimiento. Por si fuera poco, puede apoyar en dietas para bajar de peso, ya que regula la absorción de carbohidratos y genera sensación de saciedad.
Gracias a su alto contenido de antioxidantes, esta bebida refuerza el sistema inmunológico y protege contra el envejecimiento celular. También se ha asociado a un efecto relajante, ideal para mejorar el estado de ánimo y aliviar síntomas premenstruales como la hinchazón o el dolor.
Prepararla es sencillo: hierve una taza de flor seca de jamaica en cuatro tazas de agua durante 5 a 10 minutos, cuela y endulza al gusto. Se puede beber fría o caliente y agregarle unas gotas de limón para potenciar su sabor.