Encuentro entre la tradición y la innovación. / Foto: Armando Vázquez
El desfile demostró que el trabajo en equipo entre estudiantes y artesanas no solo enriquece la moda, sino que también fortalece la identidad cultural y abre nuevas oportunidades para la artesanía mexicana
La terraza del edificio AB & I de la Universidad Anáhuac Querétaro fue el escenario donde se llevó a cabo la pasarela Corazón Bordado Fashion Show 2025, un proyecto que nació en 2023 con el objetivo de vincular a los estudiantes de Diseño de Moda con las artesanas del estado.
Esta iniciativa es fruto de la colaboración entre el DIF estatal, la Casa Queretana de las Artesanías y la Universidad.
Desde hace dos años, los talleres artesanales que trabajan con la Casa Queretana de las Artesanías han abierto sus puertas para que las alumnas de Diseño de Moda conozcan de cerca los procesos tradicionales.
En esta edición, 74 alumnas y 41 artesanas participaron en la creación de diseños inspirados en el streetwear, un estilo urbano influenciado por la cultura juvenil del skateboarding, el hip-hop y los movimientos urbanos de ciudades como Nueva York, Tokio y Los Ángeles.
Cecilia Torres, directora del Programa Académico de Diseño de Moda e Innovación de la Universidad Anáhuac Querétaro, dirigió y supervisó cada detalle de la pasarela, asesorando a las alumnas en el proceso creativo.
Cada equipo presentó dos looks (uno de dama y uno de caballero), destacando a la Anáhuac Querétaro como una de las pocas universidades del país que incluyen moda masculina en sus exhibiciones.
El proceso creativo involucró varias etapas. Primero, las alumnas visitaron los talleres artesanales, donde tenían una hora para trabajar con las artesanas y definir cómo intervenir sus diseños. Posteriormente regresaban a la universidad para desarrollar el patronaje y adquirir materiales. La Casa Queretana de las Artesanías facilitó los insumos, y las artesanas trabajaron en la confección durante un periodo de entre un mes y mes y medio.
La mezclilla fue el material predominante en esta edición, junto con lino, algodón y técnicas artesanales como el croché y el bordado.
A diferencia de una colección convencional, en la cual los diseños tienen elementos repetitivos o compatibles, Corazón Bordado se concibe como un colectivo, en el cual cada prenda representa una idea única, pero alineada a una misma temática.
“Creemos que es importante impulsar la moda masculina y demostrar que los hombres también tienen derecho a vestirse diferente”, comentó Cecilia Torres.
El evento también sirvió para resaltar el perfil del estudiante de Diseño de Moda en la Anáhuac Querétaro. Más allá de diseñar, se espera que los alumnos sean propositivos, creativos y resilientes.
“El diseño de moda es un proceso de prueba y error. Se debe investigar materiales, evitar la clonación y conceptualizar ideas para llevarlas a la realidad”, destacó Torres.
Los alumnos también aprenden a trabajar en equipo, gestionar tiempos, respetar presupuestos y valorar el trabajo de otros. Algunas piezas llegaron a costar hasta 5 mil pesos en mano de obra artesanal, sin contar materiales ni el trabajo de diseño.
Corazón Bordado Fashion Show 2025 no solo busca el desarrollo creativo de los alumnos, sino también beneficiar a las artesanas. Todas las ganancias del evento se destinan a la compra de materiales para que continúen elaborando sus piezas y obtengan el 100 por ciento de la ganancia en su venta.
Más allá del apoyo económico, lo que las artesanas más valoran es la oportunidad de que su trabajo sea reconocido y expuesto a nuevas audiencias. A lo largo del proceso, se mantienen en constante comunicación con las alumnas a través de grupos de WhatsApp, donde comparten avances y sugerencias.
Lourdes Torielo, una de las diseñadoras invitadas, resaltó el valor del trabajo artesanal y cómo es apreciado en mercados internacionales, como España.
Por su parte, Aranza Gómez Niño, alumna de sexto semestre de Diseño de Moda, destacó el impacto de la pasarela en su formación profesional. “No solo se trata de confeccionar, sino de conocer cada paso del proceso, desde el estilismo hasta la editorial de moda y los textiles”, comentó.
Aranza colaboró en el taller de bordado del municipio de Colón, y quedó maravillada con la experiencia.
“Fue increíble ver el proceso desde cero y aprender de las artesanas. Nos explicaron qué técnicas funcionaban mejor y cómo lograr mejores acabados”, explicó.
Para ella, uno de los momentos más gratificantes fue ver su diseño en la pasarela.
“Diseñar en papel es una cosa, pero verlo en una persona que lo usa y que camina con él es otra completamente distinta. Me di cuenta de que esto es lo que quiero hacer”, declaró.