Los pueblos mágicos y románticos pueden ser una excelente opción para una escapada corta en otoño, especialmente si buscas tranquilidad, buen clima y actividades sencillas para compartir en pareja. Estas recomendaciones incluyen cómo llegar, qué hacer y dónde disfrutar de una estancia cómoda y agradable.
Valle de Bravo, en el Estado de México, es ideal para una salida de fin de semana. Su clima otoñal es fresco y perfecto para caminar por el malecón o disfrutar de un paseo en lancha.
Cómo llegar: A dos horas de CDMX en auto o autobús desde Observatorio.
Qué hacer: Recorrido por el lago, caminata al Monte Alto, visita a la cascada Velo de Novia.
Hospedaje recomendado: Cabañas o pequeños hoteles boutique cerca del bosque.
Consejo útil: Reservar restaurantes con vista al atardecer para asegurar una mesa.
Bernal: tranquilidad y vistas a la Peña
Bernal, en Querétaro, ofrece una experiencia pausada, ideal para parejas que disfrutan explorar a pie.
Cómo llegar: A una hora de Querétaro capital.
Qué hacer: Subir parcialmente la Peña, recorrer el centro y probar pan de queso recién horneado.
Dónde comer: Cafés locales en la plaza principal con terrazas al aire libre.
Consejo útil: Llevar calzado cómodo para caminatas breves.
Tlayacapan: cultura y descanso cercano a CDMX
Foto: México Desconocido
Tlayacapan, en Morelos, combina historia, artesanía y paisajes tranquilos. Es una opción cercana para quienes buscan una escapada de bajo presupuesto.
Cómo llegar: A hora y media desde CDMX en auto.
Qué hacer: Visitar el Ex Convento de San Juan Bautista, talleres de cerámica y mercados locales.
Ambiente: Calles amplias y silenciosas, perfectas para paseos sin itinerario fijo.
Consejo útil: Comprar artesanías directamente con los talleres locales para apoyar a la comunidad.
Tips para organizar la escapada a los pueblos mágicos y románticos
Reservar hospedaje con anticipación, sobre todo fines de semana.
Empacar ropa ligera con una chamarra ligera para tardes frescas.
Considerar actividades simples: picnic, caminata o cena tranquila.
Respetar la dinámica de cada comunidad para mantener un ambiente armónico.
La clave para disfrutar estos pueblos mágicos y románticos está en mantener un ritmo relajado, disfrutar del entorno y valorar los momentos compartidos.