La obra trata sobre la identidad. Peer tiene, desde niño, un gran sueño: ser emperador. Ahora lo vemos en las costas de Marruecos tratando de cumplir su sueño, pero lo quiere lograr de manera fácil y evitando siempre compromisos duraderos, dejando en todo momento un puente para la retirada. Intentará ser emperador del mundo entero, emperador de las conciencias, emperador de la vida humana, emperador de la locura, lo que le sale al paso; y el único mundo auténtico que lo sigue esperando, él lo ha olvidado.