Logo Al Dialogo
Libros

Luis Miguel Estrada y la metáfora del box

Luis Miguel Estrada y la metáfora del box

En esta entrevista Luis Miguel Estrada reflexiona sobre ‘El último argumento del Rey’, su más reciente novela.

Magdiel Torres Magaña
|
20 de marzo 2025

Luis Miguel Estrada es un conocedor del box como aficionado al deporte. En su juventud, se ejercitó en este y en otros deportes de autodefensa. También conoce del tema como escritor e investigador, pues, en su trabajo académico, ha explorado el vínculo entre las artes narrativas y las artes del deporte de contacto.

En esta entrevista reflexiona sobre ‘El último argumento del Rey’, su más reciente novela. Aquí el autor hace un recorrido por la imagen del boxeador en la literatura y las tradiciones narrativas que las cobijan o cobijaron. Incluidas aquellas narrativas no canónicas en torno al deporte.

“Lo que estaba yo tratando de hacer era indagar sobre el combate a través de diferentes formas. Es muy llamativo, para mí, el mundo de los de los gimnasios y de la gente que compite, amateur o profesional. Son unas vías que son muy interesantes. Hay ciertos clichés en torno a ello y, con ‘El último argumento del Rey’, me interesaba irme a contracorriente de ciertos clichés”.

En esta novela, te propones atacar ciertos lugares comunes en torno a la figura que han construido del boxeador en ciertas narrativas

Sí, este clásico cliché del boxeador mexicano que sale de abajo, llega a la cima y se desbarranca atravesado por un fardo de vicios. Es una historia que puede resultar atractiva desde cierta perspectiva. A mí no me interesaba realmente ceñirme a ese modelo narrativo. Además, me parece gastado y escrito desde una perspectiva que tiene cierta condescendencia: el del intelectual hacia la persona que hace una actividad física, incluso si es de una condición atlética tan complicada como el deporte de combate.

Hay una metáfora muy recurrente que es el de los golpes de la vida

Sí, claro. A mí, me llamaba mucho la atención esto cuando estaba haciendo la investigación doctoral. El cliché del boxeador, con esas condiciones que te platicaba, se viene repitiendo, más o menos, desde los 40 en el cine. Está la película de Alejandro Galindo, ‘El campeón sin corona’, que está basada parcialmente en algunos de los grandes ‘hits’ de la vida de Rodolfo Casanova, un boxeador de los (años) 30 muy bueno, pero que realmente también tuvo un tremendo problema de alcohol y se fue para abajo. Es una película de 1945, dirige Alejandro Galindo y fue un gran ‘hit’. De hecho, es una película que está muy bien posicionada dentro de las pequeñas joyas del cine de esa época y realmente crea toda una iconografía en torno al boxeador que cae. Además, es muy curioso porque está la contraparte: Juan Zurita, en la vida, real fue un boxeador de Guadalajara, que era absolutamente disciplinado, llegó a campeón del mundo, tuvo una vida, digamos, ejemplar, pero curiosamente el cine no toma eso. Entonces, se van con la vida desastrosa del otro. Esto ya me parece una elección.

Te puede interesar:

¿Se podría decir que hay toda una tradición de esta literatura?

Sí, además, es una tradición muy rica de leer porque uno se encuentra materiales de boxeo prácticamente por todos lados. En México, están las memorias de Juan José Tablada, que ya está él en la esquina de un boxeador cuando hacen una pelea clandestina, que es como el primer campeonato nacional en México y lo tiene en sus memorias. Estamos hablando de 1905, se meten, a escondidas, a la casa del hijo del gobernador de la Ciudad de México, del Distrito Federal en ese entonces. En 1911, Jack London tiene un cuentazo que se llama ‘El mexicano’, por ahí, no demasiado lejos, publica también ‘Por un bistec’. Cuando el boxeo se hace muy famoso en Estados Unidos mediáticamente, los años 40, 50 y 60, que es el ‘boom’ de la televisión y el boxeo, ya hay varias novelas: está ‘El profesional’ de Wilfred Heinz, está ‘The Harder They Fall’, de Budd Schulberg. También hay algunos escritores que lo utilizan en una y otra como metáforas, Hemingway, de nuevo, es uno de ellos. Sí hay una enorme tradición, esa tradición va a pasar con los años y se va a mantener mucho en la literatura anglosajona.

Paralelamente hay una construcción narrativa del box que viene de los medios, una narrativa no canónica en el periodismo, la televisión, el ‘streaming’, ¿qué nos puedes decir sobre esas narraciones, hay una revaloración o hay una crítica a esas narraciones?

Yo creo que ambas porque fíjate que una de las razones por las cuales el libro está escrito como está escrito tiene que ver con una cosa que, a mí, me llamó mucho la atención: hay varias personas que escriben sobre boxeo desde un aspecto muy periodístico, pero lo hacen con una atención a la pluma, a lo que están trabajando, estéticamente muy clara. Entonces, la narradora de la novela que yo tengo es Carla Ortega, que es una mujer periodista, hace periodismo deportivo, pero le interesa que sea un libro particularmente bien escrito. Entonces, ¿qué pasa cuando hay, dentro de todo esto, una narradora que ve el periodismo como algo todavía más profundo? Ella escribe así y eso es a lo que también se nos invita.

 COMPARTA ESTE ARTÍCULO
© 2024 AD Comunicaciones / Todos los derechos reservados