En esta nueva faceta, Basauri explora la belleza y el caos de la naturaleza. Para ello, toma como inspiración al árbol de tabachín, alejándose de su característico estilo minimalista. Su propuesta invita a la reflexión y a valorar las imperfecciones. Según el artista neobrutalista Enrique Azuara Pliego, esta obra es una mezcla entre lo imperfectamente perfecto y lo perfectamente imperfecto, que conecta al espectador con el entorno natural.