En lo alto de la Sierra Gorda de Querétaro, a 2,400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un tesoro arqueológico que sorprende a todo aquel que lo visita: la Zona Arqueológica Las Ranas, ubicada en el encantador Pueblo Mágico de San Joaquín.
Este sitio, habitado en distintas épocas por diversos pueblos —entre ellos los chichimecas—, es una muestra imponente de la arquitectura prehispánica y la relación armónica entre el hombre y la montaña.
Los fascinante de la Zona Arqueológica de Las Ranas
Distribuido en dos cerros, el complejo cuenta con 150 construcciones, entre las que destacan templos, pirámides y tres juegos de pelota que hablan de la importancia cultural y ceremonial de este lugar.
Uno de los aspectos más fascinantes es la forma en que sus antiguos habitantes moldearon la montaña para organizar su ciudad, aprovechando un solo acceso natural como elemento de control y defensa. Además, la majestuosidad de su trazo y su ubicación estratégica han hecho que muchos lo comparen con el famoso Machu Picchu.
¿Por qué se llama Las Ranas?
El nombre Las Ranas proviene de la abundancia de estos anfibios en una antigua laguna cercana. Hoy, en lugar de croares, el visitante escucha el susurro del viento y el eco de la historia entre sus muros de piedra.
Visitar Las Ranas es mucho más que un recorrido turístico: es una experiencia para los sentidos. Desde la cima, las vistas panorámicas recompensan cada paso, mientras que la tranquilidad del entorno invita a imaginar cómo era la vida en este centro ceremonial.
De lunes a sábado, el acceso tiene un costo de $80 pesos y el estacionamiento, $30 pesos.
El clima es agradable durante gran parte del año; se recomienda llevar calzado cómodo y agua para el recorrido.
Entre historia, naturaleza y arquitectura, Las Ranas es uno de esos lugares que confirman que México guarda secretos tan impresionantes como los destinos más famosos del mundo.