A lo largo de sus 224 páginas, este libro es fundamental para que el público entienda no solo el trabajo excepcional de cada uno de los involucrados que han creado una cosmogonía que en su esencia procuró que ninguno de los personajes se traicionara a sí mismo, pues como relata el libro en una prosa amena, la manufactura de esta obra de arte siempre fue destinada para impedir que Pinocho se convirtiera en un niño de carne y hueso, pues Del Toro quiso que fuese el protagonista “quien le enseñara al mundo a verlo y respetarlo como un ser único” según se señala en él.