Tener dormitorios pequeños no significa renunciar al estilo ni a la funcionalidad. Con algunas decisiones bien pensadas, puedes lograr que tu habitación luzca más amplia, ordenada y acogedora. Aquí te compartimos tips clave —desde la elección del cabecero hasta la distribución del mobiliario— para transformar tu dormitorio en un espacio práctico y armonioso.
Cama baja, espacio alto
Elige una cama y un colchón de poca altura. Este pequeño truco visual hace que el techo parezca más alto y que el espacio no se sienta saturado. Ideal para habitaciones de pocos metros.
Cabecero horizontal y discreto
Opta por un cabecero bajo y que se extienda de lado a lado de la pared. Esta disposición ensancha visualmente la estancia, creando una sensación de amplitud sin invadir espacio vertical.
Utiliza ropa de cama y cortinas en tonos lisos. Los colores claros reflejan la luz y amplían visualmente el espacio. Si tienes buena iluminación natural, puedes darte el gusto de incorporar algunos acentos más oscuros.
Aprovecha cada rincón de los dormitorios pequeños con piezas versátiles: escritorios en “U”, camas con cajoneras o muebles al pie de la cama que sirvan como almacenamiento. Así ganas funcionalidad sin añadir volumen innecesario.
Pared principal: menos es más
Evita saturar la pared del cabecero con muchos cuadros o adornos. En su lugar, elige una pared con textura, molduras sutiles o papel pintado que aporte diseño sin recargar el ambiente.
Mesitas de noche ligeras
Opta por modelos flotantes o de estructura liviana. Una mesita pequeña con uno o dos elementos decorativos es suficiente para mantener el orden y la armonía del conjunto.
Con ingenio, menos puede ser más. Un dormitorio pequeño bien diseñado puede resultar no solo funcional, sino también muy acogedor y estéticamente atractivo. La clave está en optimizar cada elección y mantener la coherencia visual.