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¡Fiestas y Emociones! Cómo Hablar con los Niños sobre sus Sentimientos

¡Fiestas y Emociones! Cómo Hablar con los Niños sobre sus Sentimientos

Estrategias para hablar de emociones con niños en temporada festiva / Foto: Canva

Las fiestas pueden ser un torbellino emocional para los niños. Aprende estrategias divertidas y efectivas para hablar sobre sus emociones en fiestas y hacer de estas celebraciones una experiencia memorable

Andrea Torres
|
2 de diciembre 2025

Las fiestas decembrinas pueden ser un momento de alegría, pero también un desafío emocional para niñas y niños. Identificar sus emociones les permite disfrutar más y vivir estas celebraciones de manera saludable.

Hablar de las emociones desde el juego

Las celebraciones generan una mezcla de entusiasmo, nerviosismo y, en ocasiones, incomodidad. Por ello, es importante que adultos y cuidadores promuevan espacios donde los más pequeños puedan expresar lo que sienten sin temor.

Validar sus emociones es el primer paso para acompañarlos. Reconocer que “está bien sentir de todo en una fiesta” refuerza su seguridad emocional.

El uso de dinámicas lúdicas puede convertir estos momentos en oportunidades de aprendizaje. Hacer preguntas a través de juegos, emojis o tarjetas de colores permite que identifiquen cómo reaccionan ante distintas situaciones.

Algunas acciones clave incluyen:

  • Relacionar emociones con colores o emojis para facilitar la expresión.
  • Crear actividades donde dibujen o diseñen lo que sienten durante una celebración.
  • Convertir técnicas de respiración en juegos para que aprendan a regularse.

Las manualidades también funcionan como un canal efectivo para comunicar emociones difícilmente verbalizadas. A través del arte, los niños pueden representar alegría, sorpresa o incluso ansiedad, lo que abre la puerta a conversaciones más profundas.

Fortalecer la conexión familiar

Las fiestas también representan una oportunidad para establecer rituales familiares que fomenten la comunicación. Dedicar unos minutos al final del día para hablar sobre lo vivido crea un ambiente de confianza. Compartir historias propias ayuda a que los menores comprendan que todos sienten emociones intensas, incluso los adultos.

Implementar un pequeño ritual —como una charla nocturna o un “café familiar” con chocolate caliente— fortalece los vínculos y les ofrece un espacio seguro para expresarse.
Entre las prácticas recomendadas destacan:

  • Crear un momento especial para hablar y escucharse sin interrupciones.
  • Integrar a toda la familia en dinámicas de conversación emocional.
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