La tercera temporada de El verano en que me enamoré entra en su recta final con los capítulos 7 y 8, que dejaron a los fans con emociones encontradas y grandes expectativas para el desenlace.
En este episodio, Belly enfrenta de lleno sus sentimientos hacia Conrad y Jeremiah, lo que desata tensiones entre los hermanos y también dentro de ella misma.
La protagonista se ve obligada a reflexionar sobre lo que realmente desea para su futuro, mientras el grupo de amigos sigue lidiando con los recuerdos del pasado y el peso de las decisiones tomadas en la casa de verano.
El capítulo está cargado de confesiones y momentos emotivos, dejando claro que los lazos entre los personajes no son fáciles de romper.
El episodio final de la temporada pone a Belly frente a la decisión definitiva que marcará no solo su vida sentimental, sino también la relación entre los Fisher.
La historia cierra con escenas intensas donde cada personaje debe asumir las consecuencias de sus elecciones, con un final que mezcla nostalgia, dolor y esperanza.
La música y los paisajes de Cousins Beach acompañan el tono melancólico y romántico del cierre, dejando a los espectadores con la promesa de que, aunque el verano terminó, las emociones seguirán vigentes.