Su contribución filosófica se centra en la defensa de la fe cristiana frente al secularismo y en la promoción del diálogo entre la fe y la razón. En su encíclica «Spe Salvi», por ejemplo, aborda cuestiones filosóficas fundamentales, como la relación entre esperanza, razón y fe, ofreciendo una perspectiva profunda sobre el significado de la existencia humana.