Algunas mujeres encuentran alivio a través de cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular y técnicas de relajación. También hay tratamientos no hormonales, como suplementos de hierbas y medicamentos recetados, que pueden ayudar a controlar los síntomas. Es importante hablar con un médico para determinar la mejor opción para cada mujer.