A medida que avanzamos, es esencial continuar con estos esfuerzos colaborativos. La educación de los niños no solo es un derecho fundamental, sino también la clave para construir sociedades más justas y prósperas. Al seguir invirtiendo en la mejora de la educación infantil, estamos forjando un camino hacia un futuro donde cada niño tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al bienestar global.