“Mi trabajo es acompañara un colega a un amigo que está pasando por un momento de vulnerabilidad. Amo lo que hago, más allá de ser un motivador, un inspirador o autor. Me inspira y me motiva la gente, me fascina ver los rostros transformados o los testimonios que suceden meses después. Y eso se convierte en algo adictivo, hacer el bien es hermoso, pero es un acto revolucionario para el momento en que nos encontramos”, reconoció Daniel Habif.