Antes de intervenir, es esencial comprender la naturaleza exacta de los problemas de aprendizaje de tu hijo. Los problemas pueden ser específicos, como dificultades con la lectura (dislexia) o problemas de atención (TDAH), o más generales, como una falta de organización. Una evaluación completa realizada por un profesional puede ayudar a identificar las áreas problemáticas y desarrollar un plan de intervención efectivo.