Una dieta equilibrada es clave para mantener la energía a lo largo del día. Consume alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Evita los alimentos procesados y las comidas pesadas que pueden causar somnolencia y fatiga. Además, asegúrate de mantenerte hidratado, bebiendo suficiente agua a lo largo del día.