Si eres amante del vino o simplemente quieres aprender un poco más, saber diferenciar un vino joven de uno añejo te ayudará a elegir mejor y disfrutar más cada copa.
Los vinos jóvenes suelen ser frescos, frutales y fáciles de beber, perfectos para acompañar una comida casual. En cambio, los vinos añejos tienen sabores más intensos y complejos, gracias al tiempo que pasan madurando.
Para que no te pierdas en este mundo, te recomendamos consultar la Guía Vinícola VSD!, donde encontrarás los mejores viñedos en el estado, que ofrecen todo lo que necesitas para convertirte en un experto a la hora de escoger vinos.
¿Qué es un vino joven?
Los vinos jóvenes son aquellos que se consumen poco tiempo después de su elaboración, generalmente en menos de 2 años. Se caracterizan por su color brillante, aromas frescos a frutas como la manzana o frutos rojos, y un sabor ligero y directo. Son ideales para quienes disfrutan un vino simple, sin muchas complicaciones.
¿Qué es un vino añejo?
Por otro lado, los vinos añejos han pasado varios años envejeciendo en barricas o botellas, lo que les da un color más oscuro y tonos que van desde el rojo intenso hasta el marrón. Sus aromas son más complejos: madera, especias, cuero y frutas maduras. En boca, son más estructurados y tienen un sabor profundo que evoluciona mientras los bebes.
Color: Vino joven = colores vivos y claros. Vino añejo = tonos oscuros y apagados.
Aroma: Vino joven = aromas frescos y frutales. Vino añejo = aromas complejos y a madera.
Sabor: Vino joven = ligero y directo. Vino añejo = más redondo y profundo.
¿Cuál elegir?
Si buscas un vino para una reunión informal o una comida ligera, el vino joven es tu mejor aliado. Si quieres una experiencia más sofisticada, para maridar con platillos especiales o para un momento tranquilo, el vino añejo será perfecto.