Cuando tomamos una decisión tan importante como es definir el rumbo de nuestra profesión tenemos escasos 17 o 18 años, una edad en la que tenemos la vida por delante, queremos comernos el mundo pero también es momento de que reciban una excelente orientación y acompañamiento de profesionales que ayuden a nuestros hijos a conocerse mejor y tengan herramientas adecuadas.