“Durante la pandemia hicimos unos arreglos y redistribuimos la cocina” explica Weisman, “ahora es más espaciosa y así podemos cocinar con amigos”. En tanto Fisher diseñó la lámpara del comedor, hecha de conchas marinas, vidrio verde y nácar, una pieza única que combina a la perfección con el comedor principal que yace bajo un par de jacarándas.